Las palabras y los símbolos están ahí, son materia creativa, es posible agrupar por azar o intención, la idea es extraer el contenido visual del espacio, luego filtrarlo por nuestro sentido del lenguaje, hacer de este proceso una composición; decantación de realidad espacial a realidad humana, crear para existir.
Saber qué dice la calle es interesante, pero conocer qué nos dice particularmente a nosotros es el experimento. ¿Cómo leemos la ciudad? ¿De qué manera el espacio posee una expresión detenida, expuesta? ¿Al leer la ciudad, interpreto mi visión personal de la ciudad, la ciudad que soy, las calles que soy? Cada uno plasma su experiencia.
Una crítica al Ojopoema es que la lectura de símbolos y señalética es tan solo el inicio hacia una poética de la urbe.
El ojopoema es una réplica creativa a la saturación visual de nuestra época, y una propuesta para interactuar con la ciudad a través de la voz y la escritura.
Instrucciones para hacer un Ojopoema:
-Abrir los ojos
-Tener a la mano un aparato electrónico que grabe
-Leer todo lo que entre en el campo de visión
-Arbitrariamente concluirlo
-Transcribirlo
-Y listo
-Sí se es placenteramente obsesivo se pueden comentar los detalles del recorrido.